Distorsiones urbanas: de La Ciudad Desnuda a Sin City

John O´Reilly

 

"Hay ocho millones de historias en la ciudad desnuda y ésta ha sido una de ellas", dice elnarrador al final de La ciudad desnuda, una película de 1948 que transcurre en Nueva York.Con esta última frase del filme, los ciudadanos se convierten en metáforas, "ocho millonesde historias", una transubstanciación inversa: pasan de ser de carne y hueso a convertirseen historias, y de muchas historias singulares se transforman en una enorme ciudad des-nuda, una gran idea. Se trata de una idea que se remonta a la República de Platón ­en laque Sócrates establece un paralelismo entre los diferentes componentes psicológicos delindividuo y cómo estos se van sumando, y los diferentes tipos de ciudadanos y cómo ellosconstituyen su ciudad ideal­, y que llega hasta Milton Glaser, que mostró Nueva York através de la tipografía y de los símbolos.

La ciudad desnuda

Tanto en la República, como en "I love New York" o La ciudad desnuda, las historias individuales siempre son absorbidas, siempre se les otorga un propósito bajo la concepción de la ciudad como un cuerpo "orgánico". El concepto de la "ciudad desnuda" es la última versión de esta idea, pues el mismo título sugiere que la ciudad tiene un núcleo esencial que puede ser descubierto. Pero la "ciudad desnuda" dio paso a Grafópolis, una ciudad de signos, en la que cada historia contiene a su vez otras 20 o 200 o 2.000 historias, que crean sus propias conexiones y sentido. En los años setenta, el mito de la "ciudad desnuda" empezó a derrumbarse con la publicación de Aprendiendo de Las Vegas, que no sólo defendía lo vernacular, sino también la idea de una multiplicidad de lenguajes visuales.

Grafópolis

En los años ochenta, con la aparición de los objetos y la ropa de diseño y la idea de "estilo de vida", entramos en la era de "grafópolis". La "ciudad desnuda" podía haber tenido ocho millones de historias, pero, en los ochenta, las casas, la ropa y los accesorios de la gente se convirtieron en historias y narraciones, en carteles publicitarios andantes; cada decisión a la hora de adquirir un producto era una decisión sobre el estilo de vida, ya fueran periódicos o revistas, los logos y estampados de las camisetas, relojes, el diseño de los trajes, el corte y la tela, el grafismo de los accesorios y, en el nuevo milenio, también el color de las carcasas de los móviles y los iPods.

Más allá...

En realidad nunca hubo una "ciudad desnuda", sino sólo su idea. Hasta el rascacielos, la catedral de la arquitectura moderna, la arquitectura desnuda exenta de ornamentos, se convirtió para Saul Bass en la secuencia inicial de Con la muerte en los talones en una red minimalista de líneas cruzadas, vías ferroviarias, líneas de longitud y latitud, que se disuelven cuando el edificio en sí aparece.

Todo y nada se comunican, y todas las ciudades son un enloquecido y bullicioso barullo de signos y expresiones levemente percibidos, ansiados, quitados de en medio, contemplados e ignorados.

Pero algo está cambiando en Grafópolis. Una tendencia visual en el diseño y en los gráficos apunta a que la ciudad está adquiriendo rápidamente una nueva forma. Ésta se basa en el trompe l'oeil [1], el engaño de la vista, y a continuación se presenta su lenguaje visual.

El lenguaje visual de las distorsiones urbanas

1. Espacio distorsionado

Banksy es un conocido agitador gráfico. Su obra pertenece a la tradición de recontextualización de espacios y situaciones. Es la aplicación de Duchamp. En sus mejores trabajos Banksy deconstruye el espacio y muestra las paradojas políticas y sociales que éste genera. De un modo trivial, en la contracubierta de su libro Wall and Piece, incluye la siguiente declaración hecha por un policía londinense: "De ninguna manera vas a conseguir una cita nuestra para incluirla en la contracubierta de tu libro". En 2006, las oscuras artes del diseñador gráfico pueden convertir en declaración hasta el rechazo a hacer declaraciones.

Otro ejemplo, la "piedra" de Banksy que parece un objeto rupestre y muestra a un cavernícola matando un toro mientras empuja un carro del supermercado. La colgó en el Museo Británico con la siguiente advertencia: "Este ejemplar de arte rupestre conservado en perfecto estado data de la era postcatatónica y parece representar a un hombre primitivo aventurándose en los terrenos de caza en las afueras de la ciudad". El centro comercial. Pero lo irónico es que aunque sólo estuvo expuesta ocho días, ahora forma parte de la colección permanente del museo.

Y esto conduce a la otra paradoja inevitable del trabajo de Banksy (que, en el fondo, desea convertirse en un nudista gráfico). "Desde los autobuses lanzan mensajes frívolos", escribe, "que insinúan que no eres lo suficientemente sexy y que todo lo divertido está ocurriendo en otro lugar. Desde la televisión hacen que tu novia sienta que no da la talla. Tienen acceso a la tecnología más sofisticada del mundo y te intimidan con ella: ellos son Los Publicistas y se están riendo de ti".

Es divertido y desde el punto de vista de la propaganda política no le falta razón. Pero "Banksy" no es sólo la firma que hay detrás de los comentarios políticos y sociales, también hace propaganda de sí mismo, de su trabajo, de su propia marca estarcida, B A N K S Y.

Las vertiginosas paradojas de la obra de Banksy alcanzan su plenitud en la deconstrucción del espacio urbano a través de la práctica del trompe l'oeil, donde su trabajo deja entrever una extraña nueva mutación de la grafópolis. Ya sea la sombra de la niña en el muro, en Palestina, o los niños jugando con un cubo y una pala en un hoyo en la arena de una preciosa playa, en ese mismo muro, o incluso sus gráficos informativos redireccionados ­como el icono en el que una figura apunta a su propia cabeza con la manguera de una gasolinera como si de una pistola se tratase­ todos ellos te hacen mirar por segunda vez antes de que te des cuenta de que son simulados, erróneos o falsos. Banksy redistribuye el espacio, genera espacio, crea un agujero en el tejido de la realidad que te lleva a otro lugar.

2. Transporte distorsionado

No son solamente los agitadores gráficos los que están excavando este extraño espacio alucinógeno en la ciudad. DDB Paris creó una publicidad para el hipódromo de Longchamps en la que al subir las escaleras mecánicas, una vez pasadas las barreras de salida del metro, te encontrabas con una imagen que transportaba tu visión a las cabinas de salida de los caballos en el hipódromo. La pista y la tribuna aparecían, entonces, extendiéndose hasta el horizonte. ¡Pero eso no es todo! Cuando te ibas aproximando, las cabinas se abrían y tú estabas ya saliendo del metro de París, a través de este hueco, de este roto en la realidad.

3. Arquitectura distorsionada

En el nuevo mundo del trompe l'oeil no sólo el espacio sino también los materiales están falsificados. El grupo de diseñadores franceses Easyweb también ha estado generando un poco de magia gráfica e ilusionismo proyectando sofisticados grafismos en edificios, y no sólo imágenes, también objetos y animales que dan a los edificios una extraordinaria textura, profundidad y forma visual. En el ámbito callejero, no profesional, su equivalente en Estados Unidos es un grupo llamado Graffiti Research Lab, cuyo manifiesto es, simplemente, "dedicados a equipar a artistas de graffitis con tecnologías abiertas para la comunicación urbana". Crean graffiti escultórico, realizando graffitis de neón que colocan en la parte superior de las farolas, y tipografías de neón que brillan junto a los escaparates, con mensajes como `Jesus 2.0'.

4. Compras distorsionadas

El más bizarro de todos es un grupo de activistas, Improveverywhere, que simplemente usaron color para descomponer la realidad en la actividad de las compras urbanas. No son diseñadores gráficos en el sentido convencional. Improvisan sobre el mensaje principal de Matrix, disolviendo los límites entre lo profesional y lo amateur, lo que constituye un elemento clave en toda esta tendencia al trompe l'oeil.

En abril de 2006, se reunieron 80 voluntarios de Improveverywhere; todos iban vestidos con polos azules y pantalones caquis, y de esa guisa entraron en una tienda de la cadena Best Buy. Todos sabemos lo que es no encontrar por ninguna parte a un dependiente cuando más lo necesitas. Improveverywhere dieron con una solución. El color de su vestimenta era el mismo que el de los dependientes de la tienda y, por ello, reinaba la confusión entre el personal y los compradores, pues las reglas semióticas cotidianas se habían roto. Un guardia de seguridad empezó a gritar por un walkie-talkie "El caso Thomas Crown" asustado de que, como en la película de Steve McQueen, un robo en el que todos los ladrones estaban vestidos del mismo modo estuviera a punto de ser llevado a cabo. Los clientes se limitaban simplemente a pedir ayuda e indicaciones a los "dependientes". Lo que es realmente fascinante de Improveverywhere no es tanto el jaleo que organizaron, sino el uso creativo del color para descomponer el tejido social de ese espacio urbano.

5. Profetas distorsionados

El trompe l'oeil es el arte de la imitación, y hasta de la falsificación, que intenta hacernos confundir la bidimensionalidad del grafismo y la tridimensionalidad del espacio. Falsifica el espacio. Esta tendencia al trompe l'oeil sugiere que estamos ante lo que los filósofos solían llamar un "problema epistemológico": no podemos estar seguros de lo que sabemos, o de lo que sabemos sobre la ciudad, o incluso dónde está la ciudad.

Todo este trompe l'oeil, esta falsa realidad urbana, es más que una simple "cámara indiscreta", de la que ciertamente encontramos elementos en el grafismo de Banksy. Y es más que el gusto por el ilusionismo, por la magia y por los juegos, que David Blaine escenificó originariamente en las calles, y sigue haciéndolo, usando la ciudad como escenario. Blaine es el profeta callejero del trompe l'oeil, su San Juan Bautista, heraldo de la ciudad como la nueva pista de la magia, el nuevo circo de los signos.

6. Imágenes distorsionadas

No hay certezas sobre lo que es la ciudad, sobre lo que es el espacio. El espacio urbano se ha vuelto fluido y flexible, peculiar y raro, irreal. Hay muchos otros ejemplos, como el del artista Swoon, que "puebla" áreas de Nueva York con siluetas de cartón de tamaño natural. O Thomas Demand, en parte arquitecto y en parte fotógrafo, que construye modelos de tamaño real basados en lo que nos rodea y luego los fotografía, de modo que realidad y espacio son reconstruidos y resaltados.

Otro ejemplo es el de la fotógrafa Danwen Xing, que retrata maquetas de espacios urbanos, bloques de apartamentos ­las flores de cemento de tallo alto que crecen en las grandes ciudades­ de las nuevas ciudades de China, transformando el paisaje y alterando nuestra idea de la ciudad como cronópolis, un espacio que evoluciona a lo largo de los siglos más que a lo largo de los años, o de los meses. En sus imágenes de edificios a gran escala, introduce pequeñas figuras humanas, creando así escenarios. Entrevistada en www.contactphoto.com, Xing dice acerca de las maquetas en el proyecto Urban Fiction: "Las maquetas de estos nuevos espacios habitados son perfectas, limpias y hermosas pero también están vacías, separadas del drama humano. Pero cuando empiezas a añadir a estas maquetas algo de vida real ­aunque sólo sea de una forma mínima­ todo cambia mucho. Las figuras interpretan papeles realmente imaginativos en tramas diferentes y en diferentes espacios que imagino mientras observo las maquetas. Puedo imaginar, por ejemplo, que `soy', a veces, un empleado de oficina desesperado por las presiones del trabajo y por el vacío espiritual. Otras veces `soy' una mujer materialista disfrutando de una vida de placer y dispersión. O `soy' una chica joven que ha matado accidentalmente a su novio en un arrebato. Juntas, las imágenes resultantes componen los episodios de la ficción urbana". La Ficción Urbana es La ventana indiscreta de Hitchcock para una era posturbana. La diferencia es que, mientras que las historias en la obra de Hitchcock se sumaban para crear un todo, la ficción urbana de Xing rompe la narrativa de la ciudad en episodios inconexos.

7. Geografía distorsionada

Y lo que ocurre en el preciso momento en que la ciudad parece desaparecer, para reaparecer como huecos en un muro, como figuras de cartón de tamaño real o falsos dependientes de comercio, es lo que los publicistas, los diseñadores y la gente necesitan para proyectarla, puntuarla, aclararla. Por todo esto es por lo que se hace la publicidad que, en cierto modo, marca gráficamente la ciudad.

Tomemos como ejemplo la campaña de Target para The New Yorker. La cadena Target, una especie de Wal-Mart dirigida a la clase media estadounidense (Target es a Mrs. Robinson lo que Wal Mart es a Marge Simpson) ocupó todo el espacio publicitario de la revista, y encargó cada una de las páginas a un diseñador o a un ilustrador del tipo de Milton Glaser, M&Co o Bill Brown.

Todos los anuncios estaban dibujados usando sólo tres colores: rojo y blanco para la diana del logo de Target, y negro. Las ilustraciones eran escenas típicamente neoyorquinas diseñadas a partir o alrededor del logo de Target. No contenían ni palabras, ni eslóganes, ni copias: eran pura ilustración visual. Desde el estremecedor vértigo del rascacielos de M&Co, el collage de la Sirena con media melena en el paseo marítimo de Catherine Streeter, las sofisticadas y depuradas formas del adicto a la moda neoyorquino de Melinda Beck, la magia de la hora punta en el metro de James Jean, Target dirigió una gloriosa muestra de ilustraciones, de la grafópolis. Pero también significaba, en gran medida, un signo de los tiempos, como si Target necesitara pegar notas de "post-it" sobre Nueva York, como si su geografía estuviera a punto de desaparecer.

8. Protocolo distorsionado

La ciudad solía ser un objetivo clave para la publicidad, pero ahora, en la era de Internet 2.0, en la era del iPod, la gente se evade del espacio urbano para entrar en una zona psicosónica propia. Quizás por ello necesitemos un manual sobre modales urbanos, aunque sea a través de falsas imágenes informativas. Instructo Art, de Matt Vescovo, es una serie de gráficos informativos de actitudes contemporáneas que muestran cómo comportarse en espacios urbanos; originariamente aparecieron como vídeos de animación en MTV. Utilizando el grafismo clásico de las líneas aéreas, unos paneles muestran cómo darle a alguien en las narices con la puerta del ascensor, cómo lanzar un beso al aire o cómo actuar adecuadamente en las cajas del supermercado. Son irónicos y divertidos, pero denotan que las normas que sabíamos aplicar instintivamente en la ciudad ya no son tan instintivas como solían ser.

9. Vídeo distorsionado

En el vídeo musical hecho por Motion Theory para el single Girl de Beck, los lugares están en la superficie, todo gira en torno a la `superficie', un homenaje a la rica mezcla étnica y cultural de Los Ángeles de Beck. Pero también muestra calles que cambian de apariencia, calles que colapsan sobre ellas mismas y que revelan mensajes totalmente diferentes, basados en el legendario dibujo animado de Al Jafee que aparecía en la contracubierta de la revista MAD. En el vídeo, las revistas, los muros, y hasta los suelos, se doblan sobre sí mismos y frases del tipo de "Big Ass Limo" ("Limusina culo gordo") se convierten en "Less is More" ("Menos es más"). Muestran la distorsión urbana creada por la música del hombre psicosónico, que vaga entre el ambiente urbano que se va encontrando y su propia versión de éste.

10. Parques distorsionados

El proyecto tipográfico de Stephan Sagmeister "Trying/to look/good/limits/my life" (Intentar/tener/una buena apariencia/limita/mi vida) forma parte de una serie de "Life lessons" (Lecciones para la vida), que están divididas en cinco partes y están exhibidas en carteles a gran escala en los parques.

Parece como si pertenecieran al lugar. Pero también parecen una postal de otro lugar. O una postal de aquí. La obra de Sagmeister es fundamental para entender los orígenes de este cambio en el modo de dibujar, percibir y representar la ciudad. Es un ejemplo de la tendencia de los "me-media", los medios de comunicación de expresión personal tipo myspace y friendster que definen nuestra era.

Espacio final distorsionado

La cultura visual de la ciudad está cambiando. El trompe l'oeil es su lenguaje visual provisional. Y esto está relacionado con el comercio.

La cultura visual está cambiando porque ya no la percibimos como el centro del comercio. La gente no sólo compra a través de Internet, hace la compra en la red, sino que vende on-line. Ebay es parte de una tendencia más amplia que ha transformado a los consumidores de espectadores a actores. Piensa en el flaneur ("paseante") de Walter Benjamin, el turista urbano original, el dandy que se paseaba bajo las galerías ojeando, mirando, absorbiendo la nueva cultura del comercio. El flaneur contemporáneo podría igualmente habitar en la red, ojeando, buscando, pero también probablemente vendiendo.

Es el segundo gran factor en la actual distorsión urbana: queremos ser productores antes que consumidores, queremos crear, ya sean nuestros blogs, nuestras películas, o nuestros horarios. Estamos transitando hacia un mundo postconsumista. No poseemos las palabras para definir lo que somos o hacia dónde nos dirigimos. Lo que poseemos ahora son síntomas semióticos, visuales y gráficos.

De lo que podemos estar seguros es de que el lenguaje visual del espacio urbano cambiará radicalmente, y la idea de la ciudad con una historia orgánica desaparecerá. El modelo ya no es la "ciudad desnuda" sino Sin City ("la ciudad del pecado"), medio real, medio creada por ordenador, un lugar donde todo es fuera de lo común, parece de película, donde las historias se superponen unas a otras, no se agregan. Donde la suma de las partes es más grande que el todo. Donde la comunicación visual intensifica las experiencias, en vez de restarles importancia. Donde las narraciones visuales se vuelven más abiertas, más fluidas y más osadas. Más y más.

 

Texto escrito por John O'Reilly para la publicación Distorsiones Urbanas.

Traducción: Natalie Gómez Handford y Ana Fernandez-Caparrós Turina


Biografía

Tras doctorarse en Filosofía por la Universidad de Warwick, John O´Reilly trabajó como editor en The Modern Review, colaboró con periódicos como The Guardian e Independent como especialista en arte, música y medios de comunicación y en la actualidad colabora con las revistas Eye y Varoom! Como editor de la revista Colors trabajó con Oliviero Toscani. Es autor de varios libros sobre diseño y ha sido premiado por su trabajo como publicista para la agencia Intro de Londres. Actualmente trabaja para Getty Images como editor de la premiada revista Edit y es coautor del Getty Images MAP (what Makes A Picture) Report sobre tendencias visuales.

 


Notas

1. N. del T.: Tromp l´Oeil: expresión francesa que significa "engañar al ojo". En castellano también se emplea el término trampantojo (de trampa ante el ojo).Panorama de la basura" en Basurama, Madrid: La Casa Encendida, 2005, p.75.